domingo, 30 de octubre de 2011

alegato pesimista

Adocenados, aborregados, simples, de nulo espíritu crítico y sumergidos en la más absoluta desinformación. Aplaudiendo en un infame programa de televisión, gritando insultos en la puerta de un estadio, cambiando con urgencia el móvil por otro más nuevo y mejor, conduciendo bien deprisa hacia el atasco de cada mañana, tirando con asco una botella de vidrio a la basura, cerrando bien las ventanas al verano para disfrutar del aire acondicionado en jersey, tocando con fuerza el claxon para que se note que tú no estás dispuesto a esperar.

Imbéciles sin remedio, capullos conscientes, padres asquerosos que crian niñatos maleducados y luego culpan a puñetazos al profesor, hinchas que enseñan a sus retoños cómo insultar al árbitro, madres histéricas que cambian besos por playstations, gilipollas integrales que debaten en Gran Hermano, zafios pollos sin cultura que opinan de todo sin decir nada, encorbatados corruptos que besan abuelas en un mitin, medianías que creen en su superioridad al aparcar su coche sobre la acera o al dejar la nevera vieja en medio de cualquier parte.

¡Vacúnense contra la gripe, atiendan a las instrucciones para sobrevivir, lávense las manos bien fuerte mientras cantan el cumpleaños feliz dos veces! ¡Distingan bien los problemas de hoy, luchen por su bandera, desconfíen del inmigrante, saquen provecho siempre que puedan! Y por supuesto mientras tanto olviden si el concejal es corrupto, si el alcalde ha vendido nuestro agua, nuestra vida, al mejor postor, si no hay dinero ni para los hospitales públicos o si un inversor norteamericano ha ganado en un año 800 millones de dólares.

Olviden las guerras repartidas por todo África, las favelas de Brasil, el gobierno de la droga en México, la selva que desaparece día a día, el oso que vaga por el mar en su puto trozo de hielo, los 8700 millones de euros en armas que Francia recibe de Brasil, la mierda que los judíos le hacen cada día a Palestina, los muertos en Irak, en Pakistán, en Nigeria, en la difunta Somalia. Los muertos de los niños, soldados a la fuerza en África, escolares en Estados Unidos, capos de la droga en Sudamérica.

El mundo es una mierda, pero es así. Termina tus estudios, búscate un trabajo, hazte alguien, encuentra una casa que no puedes pagar, y continúa viviendo y olvidando. Recuerda siempre olvidar. Y si puedes, si de verdad eres capaz, procura no pensar.

domingo, 23 de octubre de 2011

Un ciclo


El planeta este en el que habitamos y del que nos hemos hecho dueños absolutos, cosa que por otra parte es lógica puesto que somos la especie más evolucionada que anda por aquí, este planeta digo, se está yendo poco a poco al carajo. Se gasta porque la gastamos. Tan evolucionada la humanidad, somos capaces al menos de darnos cuenta de ello. Y de saber por qué ocurre.

Durante millones de años, las especies que poblaban la Tierra consumían los recursos naturales que de ella sacaban, sin preocuparse lo mas mínimo. Y hacían bien, puesto que la Tierra era capaz, sin mayor problema, de regenerar todo aquello que era consumido, estableciendo así un perfecto ciclo, que luego el Rey León bautizó como el Circulo de la Vida. El caso es que, incluso con la notable colaboración del hombre, el ciclo continuaba. Pero hace unos años, por primera vez en la larga historia de este planeta, la Tierra dejó de ser capaz de generar todo lo que era consumido. Ahora mismo, la Tierra tarda 12 meses, un año, en generar los recursos que el hombre consume en 9 meses. Joder. Nos hemos cargado el puto ciclo. Que alguien hable con Disney.

De vez en cuando alguien me cuenta esos rollos sobre que la temperatura de la Tierra es cíclica, y que el calentamiento global no tiene por que ser obra del hombre.  Yo no sólo no me lo creo, sino que me parece una locura no actuar seriamente contra las emisiones de dióxido de carbono. Y ese es sólo un aspecto más del problema. También tengo en cuenta que a este ritmo en 70 años habremos acabado con el hierro que almacena el planeta, que la selva mundial decrece un 0,2% cada año, o que nos estamos cargando las reservas marinas, los glaciares y el aire que respiramos. 

Y no se trata sólo de salvar el planeta; hay que salvar al hombre. O más concretamente, a la sociedad moderna en la que nos estamos instalando cómodamente. Tan cómodos estamos, que cada individuo reacciona poco o nada ante una amenaza que los científicos nos han transmitido con insistencia. A veces pienso que la dirección en la que se mueve el mundo es la correcta, después de todo. La que se merece.

Admitiendo en fin que todo esto merece ser salvado, hay que saber calcular. Hay que  olvidar las clásicas consignas ecologistas y abrazar el concepto del desarrollo sostenible. Finiquitar el irreconciliable conflicto entre los ecologistas activistas y los gobiernos, y dejar paso a propuestas de nuevo alcance. Cuidando de progresar ambientalmente y socialmente, pero por supuesto también económicamente. El mundo moderno puede seguir adelante, pero sin acabar con el jodido ciclo.

La foto es una vision del futuro de Yannick Monget, reproducida sin ningun tipo de derecho.

UN CICLO
Yannick Monget
Expo "C'est notre terre", Tour & Taxis, Bruselas, 2009

domingo, 16 de octubre de 2011

Cambio global

27M. Madrid, 2011


En la puerta del Sol se reunieron el quince de mayo y varios días posteriores numerosas personas, ciudadanos de Madrid en su gran mayoría, para a través de la propia aglomeración y de mensajes críticos con el actual mecanismo financiero que gobierna el devenir de España y en general del mundo que llamamos desarrollado, gritar al viento su hartazgo.
Estos mensajes críticos se extendían también a la esfera política, aprovechando el tirón mediático provocado por las elecciones locales que estaban a punto de llevarse a cabo, aunque distanciándose claramente de todos los partidos políticos en liza. 
Sin embargo estoy convencido de que la cuestión política fue magnificada debido a la situación electoral, y alejó al "público" en general de lo que era la idea más poderosa que manaba de ese movimiento social: la idea de que los grandes inversores, los bancos, las instituciones internacionales del dinero y sus agencias, y en definitiva el sistema financiero - los "mercados"-, gobiernan con mano dura en los países del primer mundo, en lugar de hacerlo sus respectivos gobiernos electos; y que su mandato está siendo devastador para los eslabones más débiles del sistema económico: países con menos PIB, empresas más pequeñas, personas, al fin y al cabo. Y la idea de que por tanto hay que, en nombre de la civilización y de los derechos humanos, cambiar este gobierno.


Acabar con el gobierno de los mercados. Abolir una dictadura que no tiene dictador, pero tiene millones de súbditos.


En la puerta del Sol se reunieron el quince de octubre numerosas personas, ciudadanos de Madrid en su mayoría, para gritar de nuevo al viento ese mismo mensaje. Pero también el quince de octubre se reunieron en Barcelona muchas personas, enlazadas por esa idea. Y el quince de octubre hubo grandes reuniones de personas en Fráncfort, en Londres y en Bruselas, armadas todas ellas con la misma idea. Y, no por casualidad, muchas personas se reunían ese mismo día en Roma, Atenas, Buenos Aires, Sao Paulo, Nueva York, Sydney. En 951 ciudades de 92 países, según El País.


La idea está en la calle. Ahora esa idea ya no vive en la cabeza de cada uno, ahora ya no nace y muere entre cervezas un jueves por la tarde. Ahora ya no es una pequeña sensación individual de injusticia dentro de cada persona. No, ahora es una idea enorme en la garganta de miles que se manifiestan, y en el alma de millones que asienten. El cambio es necesario, y el cambio es global.

domingo, 9 de octubre de 2011

A los grandes hombres, la patria reconocida


París es Voltaire, Napoleón, Rousseau, Luis Catorce. París es todo grandeza, es enorme e inabarcable. Jim Morrison, El Fantasma de la Opera, DeGaulle y Renoir. Berlín es historia reciente, vieja modernidad y calmada emoción. Un muro y mil mitades, una pared y mil huidas poéticas. Flandes es toda belleza, tranquilidad y también odio fraternal. Bélgica son pueblos, campos, batallas y héroes. Brujas solo existe en las películas, Gante se creó para ser admirada. Bruselas es Europa, y además vida, alegría y placer. Bruselas rezuma música y arte por los cinco lados de su centro. Museos callejeros, locura transitoria, Magritte, Horta, Schuman, Jazz. Londres es luz y multitud, ciudad cargada. Dublín es el sueño del clochard español, o la puerta del Temple Bar. Roma es el legado y la memoria de los antiguos. Praga es la cabeza de otro nuevo mundo, del nuevo siglo. Viena es un anacronismo de gloriosas épocas, ciudad monarca que no se deja contemplar a mundano pie. Luxemburgo es el paraíso del aseado y del pudoroso. Ámsterdam es hermosa y única, la mas próspera de las ciudades dejadas de la mano de Dios. Venecia es un sueño de amor que despierta con hedor. Florencia es puro arte, cultura, y la herencia de los genios.

Pero, como si nada de lo que el mundo ofrece fuera suficiente, yo, como Sabina, me quedo en Madrid.


Mi bici y yo, París, 2009




domingo, 2 de octubre de 2011

nada

Hoy no hablo, hoy solo pienso en silencio. Y a ratos dejo incluso de pensar, quedandome sumido en un absluto nada. Un nada vacío, pero sin embargo preocupante. Estoy dormido? Es como si lo estuviera. Pero estoy aqui, mirando al vacío. Desde dentro.