domingo, 3 de junio de 2012

Dinero

En el futuro, cuando todo hombre y toda mujer sean perfectos, cuando se hayan extinguido las feas y los calvos, y todo el mundo tenga una cara y un cuerpo ideales tal y como debe ser, tal como la tele dice,... entonces, ¿pagarán los más ricos por complicadas y costosas operaciones para afearse, quitarse tetas o pelo? Y lo que es más, ¿sentirán envidia de ellos los ciudadanos de a pie, tan poco originales en su perfección?

¿Se pagarán millonadas por viejos libros impresos en papel? ¿Y por un gramo de Níquel? ¿Y por un salmón fresco?

Solo cuando hayas pescado el último pez, sólo cuando sea talado el último árbol, sólo cuando se contamine el último río, te darás cuenta de que el dinero no se puede comer.

Un número de Dinero, del gran Miguel Brieva (Clismón)