Me parece a ratos que eso de pensar descansa a menudo en esta rara época que es la Navidad. Y eso que la Navidad da para pensar, y mucho.
Una vez al año apartamos la cortina de la realidad y creemos ver luz y brillantes. Pero, si nos fijamos más detenidamente, podremos observar que lo que parecían perlas preciosas no son más que viejas conchas de tellinas.
Je suis dada. Madrid, Diciembre 2010 |
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