domingo, 11 de septiembre de 2011

Domingos

Al menos un día a la semana, todos deberíamos pensar. Pensar en algo, lo que sea. Parece fácil, pero el ritmo de las vidas de hoy en día, y los infinitos entretenimientos mentales con que los medios, los amigos, y nosotros mismos nos complacemos, diluyen casi siempre el tiempo para pensar.
Yo me propongo, pues, pensar. Y ya que transito por una de esas vidas de alto ritmo, y tengo la desdichada fortuna de contar con el maná tecnológico invasor representado por el portátil y la conexión wi-fi, me propongo al menos pensar los domingos. Un día a la semana, como digo, ya es bastante.

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